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Casi termina este jueves, así se van los días cuando la nada se siente más que el calor del verano.

 

Hoy todo el día me he preguntado qué es lo que quisiera, ¿Qué es lo que quisiera ahorita en este momento?

 

Alguien podría decir, dinero, otra salud, una felicidad, ¡otros diríamos nada!

¡No quisiera nada!

¿Y saben?

 

La razón de querer nada, no es en ningún momento porque lo tenga todo o porque esté en un hoyo, pero algo pasa cuando en la vida te das cuenta del perder, el perder tiempo, el perder emoción, el perder sueños, el perder ánimos, y llega ese momento donde eres él.

 

Editor de tu propia película y la corres una y otra vez, tratando de cortar las escenas que están mal hechas, y deshacerte de ellas, y nos hacemos tan perfeccionistas, que no nos damos cuenta que nuestra película no es un estrellato de armonía y perfección, si no es un equilibrio entre recuerdo, experiencia y saber, un equilibrio en el quisiera, en la lucha y en las ganas de querer; un equilibrio entre errores, cambios y avance.

 

Hoy perdí un día tratando de ser ese editor, y al final de hoy me doy cuenta:

Que la perfección de la felicidad, del éxito y de la Paz no se editan, se viven, se prueban, se lloran, se enferman y también se meditan.

 

No existe ningún atardecer Perfecto si no nos sentamos a verlo, a sentirlo, así como también no somos editores, sino artistas, directores, camarógrafos, porque vivimos amamos, lloramos.

 

Siéntate y mira el atardecer y míralo solo, piensa en ti, piensa quién eres, cuántas escenas has vivido de tu película y piensa en el siguiente capítulo, que los retornos, siempre son mejores y ¡más!

 

Cuando retomas tú esencia y corres a ti.